Este trastorno alimenticio provoca deseos urgentes de comer sustancias no destinadas al consumo humano, tales como: pasta dental, jabón, detergente, condones, yeso, pelo, fósforos, barro, hielo, colillas de cigarro, betún para zapatos, polvo o suciedad, esmalte, entre otros.
El grupo de mayor riesgo son las mujeres embarazadas, y según investigaciones en Latinoamérica, existe una prevalencia de este síndrome del 23% al 44% en mujeres gestantes de la región.
Otros grupos de riesgo son los epilépticos, los dementes, psicóticos y quienes sufren un daño cerebral. También suele ser habitual en niños de corta de edad, especialmente en quienes presentan problemas de autismo.
jueves, 8 de abril de 2010
ALOTRIOFAGIA
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